El pasado viernes, como todos los viernes desde que empezó el nuevo curso, nuestra Biblioteca se transformó en una improvisada sala de cine. Una veintena de chicos y chicas, de edades que oscilaban entre los 8 y los 18 años, vinieron a ver la película de esta semana: “Río”, un film de animación protagonizado por un guacamayo azul que, tras estar años viviendo en un pueblito helado de EE.UU., es conducido de vuelta a su tierra natal: las bosques tropicales de Brasil.
Las Noches de Cine son un momento de comunión y diversión entre
los que formamos parte de la Biblioteca, tanto tutores como alumnos. Los niños
y niñas se entretienen con el lujo que para mucho de ellos supone ver una
película en pantalla grande, mientras comen la canchita popcorn que la
profesora Carmen ha preparado por la tarde. La cocina de la Biblioteca se
convierte en una bodega infantil, donde se puede conseguir el picoteo y las
bebidas que ofrece cualquier sala de cine convencional. El precio de la
canchita y la gaseosa es comodísimo, simbólico, al igual que el boleto para ver
la película: 50 céntimos de Sol.
La Biblioteca Michela Mosna no es solo un centro de estudio.
En sus orígenes, el objetivo principal de
nuestra Biblioteca era ofrecer un espacio alternativo de ocio y recreación
cultural para los niños y niñas de Tablada. Su finalidad social era crear un
ambiente diferente y atractivo, que combinase juego y aprendizaje, para atraer
a la población joven de la barriada, y mantenerla alejada de la marginación y
los riesgos sociales de sus calles.
Por eso, las Noches de Cine tienen tanto sentido. Muchos son
los niños que prefieren pasar su viernes por la noche con nosotros, en un
ambiente seguro y distendido, viendo una película. La Biblioteca trata de ser
un espacio alternativo a las calles de Tablada. Y eso es algo que se también se
puede conseguir gracias al cine.
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