31 de marzo de 2013

Anna y Svea dicen adiós a los niños y niñas de la Biblioteca


Anna y Svea, dos voluntarias extranjeras que han estado trabajando en nuestra Biblioteca durante el último mes, nos dijeron adiós este fin de semana. Ambas han tenido su historia en Tablada; ambas han aportado algo, han sido parte del todo, son un recuerdo y una alegría inolvidable.

Svea, alemana, dejó aparcadas temporalmente sus clases en la facultad de Ingeniería Ambiental para venir a Tablada y acompañar durante unas semanas a Miguel, su enamorado, quien está trabajando como voluntario de CEPROF y la Biblioteca desde agosto. Svea ha logrado imponerse a las barreras lingüísticas y, a pesar de chapurrear apenas un poquito de español, se ha integrado y ha aportado su granito de arena ayudando a los niños y niños con las tareas de matemáticas y colaborando con el taller de La Ciencia en la Vida.

Anna, italiana de nacimiento que ahora vive en Berlín por motivos laborales, es la segunda vez que colabora con nosotros: hace cuatro años, también invirtió un mes de sus vacaciones para venir a Tablada. El regreso es un concepto hermoso y admirable, sobre todo si para poder regresar de donde te fuiste tienes que atravesar un oceáno y alcanzar el otro extremo del mundo. Una vez más, Anna ha demostrado su gran calidad humana, la cual se ha ido desvelando día a día en cada gesto, en cada tarea, en cada sacrificio.

Tanto Svea como Anna han sido de gran ayuda en las labores de la Biblioteca, y algo de ellas ahora quedará para siempre en Tablada, en sus niños y niñas, tal vez como aprendizaje inolvidable después de resolver juntos un problema de matemáticas o como candidez humana en un gesto de afecto a la hora del lonche en la cocina. Ahora ellas se han marchado, pero siempre estarán con nosotros.

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