Artículo realizado para la primera publicación de la revista "Casa de la Cultura - Michele Mosna"
El proyecto original de la “Casa de la Cultura, Michele Mosna”, cuando en el lugar que hoy ocupa la institución sólo había un solar inutilizado y una promesa constituida de muchas ideas y buenas intenciones, tenía como objetivo principal ofrecer un espacio alternativo de ocio y recreación cultural para los niños de Tablada de Lurín. Su finalidad social era básicamente recreativa y protectiva: atraer a la población joven de Tablada de Lurín, la más frágil y vulnerable de nuestra sociedad, para mantenerla alejada de la marginación y los riesgos sociales de sus calles.
Sin embargo, esta idea original recibió sensibles modificaciones cuando, gracias a la intermediación del trabajador social Michele Mosna y su asociación Harambeé, el Gobierno Regional de Trento (Italia) se ofreció a financiar económicamente esta iniciativa. La responsabilidad de formalizar el proyecto obligó a los miembros directivos de CEPROF a concretizar sus ideas y definir sus objetivos institucionales. El resultado final fue la fundación de la “Casa de la Cultura - Michele Mosna”; un espacio cultural, análogo a una biblioteca, donde los más jóvenes de Tablada puediesen acudir para estudiar y realizar sus tareas escolares con un amplio apoyo material, bibliográfico y humano.
CEPROF afronta con esta iniciativa educativa la problemática de muchos niños de la comunidad que no cuentan con un adecuado apoyo y asesoramiento para el desarrollo de sus estudios ni para la formación integral de su personalidad porque sus padres o tutores domésticos, a causa de su condición de indigencia y analfabetismo, no le atribuyen la debida importancia a la educación de los más pequeños. Una deficiencia formativa que en muchos casos es secundada por las notables carencias del sistema educativo estatal, cuyos programas didácticos no se adaptan a las verdaderas necesidades de su alumnado y se traducen en un altísimo promedio de absentismo y fracaso escolar. Este déficit educativo en la más importante etapa de crecimiento del niño no sólo provoca daños irreparables en el desarrollo intelectual y humano del individuo, sino que implica una negación absoluta del porvenir de una sociedad. Los niños representan el futuro de una nación, de una sociedad, de una barriada; son el arma secreta de todos aquellos que sueñan con cambiar el mundo. Y la educación, como instrumento capaz de revelar toda la potencialidad latente que nace con cada niño, es la base más sólida y fiable para construir un mañana que aspire a ser mejor que el presente.
El equipo de trabajo de la “Casa de la Cultura”, formado por tutores especializados en educación y colaboradores, muchos de los cuales han llegado de países extranjeros para apoyar a la institución de forma voluntaria, se encarga de gestionar el salón de la biblioteca, asistir a los niños durante la realización de sus tareas escolares y dirigir los diferentes talleres formativos que se desarrollan en sus instalaciones. A diferencia de una ordinaria institución educativa, la “Casa de la Cultura” trata de ofrecer un servicio humano a los niños, preferentemente personalizado, que se dirija no sólo al desarrollo de sus conocimientos intelectuales, sino también a su formación cultural, cívica y emocional.
CEPROF afronta con esta iniciativa educativa la problemática de muchos niños de la comunidad que no cuentan con un adecuado apoyo y asesoramiento para el desarrollo de sus estudios ni para la formación integral de su personalidad porque sus padres o tutores domésticos, a causa de su condición de indigencia y analfabetismo, no le atribuyen la debida importancia a la educación de los más pequeños. Una deficiencia formativa que en muchos casos es secundada por las notables carencias del sistema educativo estatal, cuyos programas didácticos no se adaptan a las verdaderas necesidades de su alumnado y se traducen en un altísimo promedio de absentismo y fracaso escolar. Este déficit educativo en la más importante etapa de crecimiento del niño no sólo provoca daños irreparables en el desarrollo intelectual y humano del individuo, sino que implica una negación absoluta del porvenir de una sociedad. Los niños representan el futuro de una nación, de una sociedad, de una barriada; son el arma secreta de todos aquellos que sueñan con cambiar el mundo. Y la educación, como instrumento capaz de revelar toda la potencialidad latente que nace con cada niño, es la base más sólida y fiable para construir un mañana que aspire a ser mejor que el presente.
El equipo de trabajo de la “Casa de la Cultura”, formado por tutores especializados en educación y colaboradores, muchos de los cuales han llegado de países extranjeros para apoyar a la institución de forma voluntaria, se encarga de gestionar el salón de la biblioteca, asistir a los niños durante la realización de sus tareas escolares y dirigir los diferentes talleres formativos que se desarrollan en sus instalaciones. A diferencia de una ordinaria institución educativa, la “Casa de la Cultura” trata de ofrecer un servicio humano a los niños, preferentemente personalizado, que se dirija no sólo al desarrollo de sus conocimientos intelectuales, sino también a su formación cultural, cívica y emocional.
La relación entre tutores y estudiantes se desarrolla en un plano horizontal, que reinterpreta los roles del clásico binomio educativo y desestima la imposición de dinámicas de autoridad y subordinación. Los niños, revalorizados como personas y como agentes involucrados en su propia educación, se sienten más cómodos y entusiasmados y, por tanto, mucho más permeables y predispuestos al aprendizaje. A fin de cuentas, La “Casa de la Cultura” no es una escuela de asistencia obligatoria, sino una institución que apoya, estimula y enriquece la formación didáctica que los niños de la comunidad reciben en otros centros especializados. Independencia, honradez y entusiasmo; tres propiedades que permiten a la biblioteca ofrecer un servicio extraordinario, menos rígido y formal, más creativo y cercano.
Dentro de este pretencioso contexto, la “Casa de la Cultura” fomenta una serie de valores y normas de comportamiento con el objetivo de enriquecer el potencial personal de cada niño, como individuos y como miembros que integran una comunidad. El respeto, la limpieza, la puntualidad, el compromiso, el aseo personal… Estos son algunos de los principios básicos para la integridad y el desarrollo social de las personas que muchos niños de Tablada de Lurín discriminan, desprecian o, simplemente, ignoran su significado o existencia.
Desde el año 2006, la “Casa de la Cultura” también ofrece a los niños la posibilidad de asistir a diferentes talleres formativos que se celebran en sus propias instalaciones. Al igual que sucede con el resto de actividades, la asistencia a los talleres es opcional y gratuita. Los únicos requisitos que son exigidos al niño son la perseverancia, el esfuerzo y un comportamiento con el tutor y sus compañeros. Los talleres, más allá de una estricta divulgación de contenidos teóricos, son una propuesta de diversión dirigida a generar aprendizaje. Porque el método más sencillo de educar a un niño es hacerle creer que la enseñanza es un juego sencillo y divertido.
En definitiva, la “Casa de la Cultura” es una polifacética institución cultural que, priorizando la formación intelectual y social de los niños, mantiene, casi inevitablemente, la visión protectiva y recreativa de su proyecto originario. Nuestra biblioteca es un espacio alternativo donde acuden los niños libremente, sin otras obligaciones que la constancia y el respeto. Y ellos disfrutan viniendo; a veces porque se divierten, a veces porque se sienten satisfechos por el trabajo realizado, a veces porque se han olvidado durante unas horas de la realidad que les aguarda al otro lado de la puerta.
2 comentarios:
felicitaciones a todas las personas que trabajan por amor al prójimo especialmente por los niños mas nesecitados.Me gustaría que hubiera un lugar como este en JOSE GALVEZ-Villa María del Triunfo donde tambien hay niños que nesecitan este tipo de apoyo.MUCHAS GRACIAS POR SU DEDICACIÓN QUE DIO LOS BENDIGA.
felicitaciones a todas las personas que trabajan por amor al prójimo especialmente por los niños mas nesecitados.Me gustaría que hubiera un lugar como este en JOSE GALVEZ-Villa María del Triunfo donde tambien hay niños que nesecitan este tipo de apoyo.MUCHAS GRACIAS POR SU DEDICACIÓN QUE DIO LOS BENDIGA.
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