10 de marzo de 2009

Da comienzo un nuevo curso escolar

El lunes de la semana pasada dio inicio el nuevo curso escolar en Perú y, contemporáneamente, nuestra biblioteca abrió sus puertas a los niños de Tablada de Lurín, como lleva haciendo desde el 2004, año de su fundación. Las novedades son muchas: nuevos profesores y colaboradores voluntarios que se han unido al equipo de trabajo permanente de la biblioteca, la incorporación de innovadores talleres educativos para sugestionar a los niños y, sobre todo, muchos rostros infantiles que, acompañados de sus padres, se han asomado por primera vez al interior de nuestras instalaciones y han decidido compartir durante los próximos meses su tiempo libre con nosotros. Las novedades son siempre un terreno fértil de ilusión, de creatividad y de motivación, y en nuestra biblioteca son recibidas con entusiasmo, como un valor añadido a nuestro trabajo. ¿No son precisamente los niños la más vibrante y excitante novedad de cualquier sociedad, siendo presente que representa futuro, el arma secreta de todos aquellos que sueñan con poder cambiar el mundo?

Los niños son el tesoro más preciado de una sociedad, de un país, de una barriada. La biblioteca Michele Mosna es consciente de ello y, asumiendo la importancia y la enorme responsabilidad de su labor, trabaja para que el valor, la belleza y la potencialidad de este tesoro no sean cualidades efímeras, que no se devalúen con el inexorable paso de los años, sino que, al contrario, este tesoro se revalorice, que aumente progresivamente su fuerza, su tamaño, su brillo, que se transforme en una fuente de riqueza inagotable y desbordante. Nuestra misión es ambiciosa. Sin embargo, nuestros medios para lograr este objetivo están arropados de la simplicidad que requiere todas las grandes hazañas: ofrecer a los niños un cuidado y recogido espacio donde puedan desarrollarse a nivel intelectual y, sobre todo, humano. Quizás con nuestro trabajo, junto con el trabajo de los diferentes agentes sociales y educativos de Perú (escuelas, núcleos familiares, instituciones…) y con un poco de suerte, los niños de hoy, esas pequeñas personas que empezaron un nuevo curso escolar el pasado lunes, se conviertan en los obreros, los arquitectos y los artistas de un futuro real para Perú; y no la enésima vana ilusión que poco a poco, pero inevitablemente, acaba desvaneciéndose al enfrentarse cara a cara con la realidad. Y si hay algo que la sociedad peruana realmente necesita en este momento es recuperar la esperanza en el futuro.

Nadie nos puede negar el derecho a soñar. Y, mientras esperamos para poder recoger los frutos de nuestro trabajo (que no madurarán ni hoy ni mañana, sino con el paso de los años; que incluso puede que nunca lleguen a madurar), la biblioteca Michele Mosna es una indiscutible realidad que ofrece a los niños una alternativa a la calles de Tablada de Lurín, donde la inocencia y la fragilidad son dos cualidades que pueden acabar pagándose caras.





Foto de la fachada de la bibliotecada realizada por Gisela, una de sus alumnas

No nos podemos despedir sin apuntar que el pasado domingo, 8 de marzo, fue motivo de doble celebración para todos aquellos que formamos parte de la biblioteca Michele Mosna. Primero, porque fue el Día Internacional de la Mujer. Segundo, porque se cumplió el quinto aniversario de la inauguración de nuestra biblioteca. Algunos lo pudimos celebrar almorzando cebiche, pollo frito con papas y un vasito de vino con las niñas del Hogar “Padre Humberto Pasina”.

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